Testimonios

Alpha es para todos.

Para el equipo también es una experiencia muy enriquecedora.

Esperamos que este rincón de testimonios te anime a participar en nuestro equipo. 



Cristina Cano

Se dejó enredar en el primero de los Alpha que se hicieron en Villanueva de la Cañada. Ha continuado junto a su marido Miguel en oración y en mesas como moderadora.


En septiembre del año 2010, mi marido y yo nos vimos “embarcados” en los cursos ALPHA. Un sacerdote muy querido para nosotros y que tiene un gran empuje, nos comentó que D. Rafael Zornoza, obispo auxiliar de Getafe por esas fechas, estaba entusiasmado con este proyecto y quería que se iniciara en su diócesis.

Tuvimos una primera reunión en nuestra casa y estábamos bastante reticentes. Nosotros ya estábamos muy implicados en nuestro grupo de la renovación y en nuestros seminarios de vida en el  Espíritu y esto nos parecía bueno, pero… para otros.

Mi hijo el mayor que llevaba un par de años en proceso de conversión, pareció entusiasmado y con deseo de implicarse y decidimos ofrecer nuestra casa para las cenas ALPHA, pensando especialmente en él, pero se desanimó enseguida y nosotros quedamos “atrapados” un tanto a disgusto. Yo reconozco que sentía una gran rebeldía y me espantaba en el fondo, que una vez a la semana mi casa se llenara de gente, mi cocina se convirtiera en la cocina de una “catering”, mi salón y comedor rebosaran de sillas y acabáramos a las mil hasta que todo quedaba recogido y se iban todos los del equipo.

Pero el Señor fue haciendo su obra en mí y en muchos de nosotros. Antes de que llegaran los invitados hacíamos un rato de oración carismática con la guitarra, alabábamos al Señor y pedíamos que el Espíritu Santo lo llevara todo. Siempre el Señor nos conmovía, enseñaba y alentaba con su palabra y nos íbamos llenando de gozo. Varios del equipo, gente de parroquia y de vida cristiana, empezaron a descubrir un modo nuevo de rezar había lágrimas en su ojos y emociones nuevas en sus corazones.

A mí me quito todo el “sufrimiento” por mi casa con la palabra que me regaló cuando, inquieta por cómo íbamos a acoplar a tantos invitados, pedía su luz en la oración: “Alcé la vista y tuve una visión: era un hombre con un cordel de medir en la mano. Le pregunté: “¿adónde vas?”. Me contestó: “A medir Jerusalén, a ver cuanta es su anchura y cuanta su longitud”. A esto, salió el ángel que hablaba conmigo y otro ángel salió a su encuentro y le dijo: “Corre, habla con ese joven y dile: Jerusalén será habitada como ciudad abierta, debido a la multitud de hombres y ganados que albergará en su interior. Y seré para ella – Oráculo de Yahvé - muralla  de fuego entorno y gloria dentro de ella”. (Zacarías 2, 1-5). Y dejé de medir la anchura y la longitud del espacio, empecé a disfrutar, el Señor ablandó mi corazón de piedra y lo fue llenando de comunión y cariño hacia mis hermanos del equipo y hacia los que iban llegando a mi casa como ovejas sin pastor.
¡Y la maravilla volvió a suceder en el retiro de mitad del curso con la efusión del Espíritu Santo! Como siempre el Señor se mostró grande, poderoso y lleno de ternura y varios corazones quedaron enamorados y transformados, tuvieron experiencia del amor de Dios y “la Gloria del Señor habitó” en nosotros y en este proyecto.

Desde ese primer ALPHA del 2010, ya hemos participado en otros dos más en los que, fundamentalmente hemos estado en el equipo de oración, impartiendo algunas de las enseñanzas  y en la organización del retiro de efusión. Doy gracias infinitas al Señor por permitirme volver a ver su obra preciosa y por haber  contado con nosotros para ayudar a que otros le conozcan a través de las cenas ALPHA y de los seminarios de vida en el Espíritu, que seguimos realizando, y que son en el fondo instrumentos parecidos que el Espíritu Santo con su sabiduría suscita donde, cuando y para quien conviene.
Los hermanos de la renovación carismática podemos ser de gran utilidad en estos cursos ayudando a entrar en oración profunda y ungida a los miembros de los equipos y, sobre todo, colaborando en los retiros de efusión, que para la mayoría de los cristianos de parroquia son algo desconocido y en cambio para nosotros son algo familiar, querido y normalmente el principio de nuestra NUEVA VIDA. La experiencia nos ha enseñado, que muchos de los que son tocados por el Señor en ALPHA, hacen deseosos el seminario de vida en el Espíritu y a partir del mismo se van incorporando a los grupos de oración renovados y transformados.

Hay en ALPHA un precioso camino con unos preciosos frutos, y creo que desde la renovación carismática debemos estar muy atentos y disponibles. Aunque las cifras no son lo más importante, nuestro pequeño grupo que empezó en el año 2001, ha crecido en los dos últimos años de apenas una decena de hermanos a más de cincuenta y muchos de ellos han descubierto al Señor en las cenas ALPHA y ahora no pueden vivir sin alabarle y darle gracias.


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Patricia Segura

Lleva formando parte del equipo desde que se iniciaron los cursos Alpha en Villanueva de la Cañada. Ha participado de moderadora en mesas y como camarera en Logística.

Hola mi nombre es Patricia.

La primera vez que fui a un grupo Alpha tengo que confesar que fue más por acercar a mi marido a la fe cristiana que por mi, pero al final la que se engancho de verdad fui yo! 


La verdad que en esos momentos tenía muchas dudas de que este método tan diferente y alternativo te acercara a Dios. Según fueron pasando las semanas me di cuenta de la gran necesidad que tenían los participantes de hablar de las cuestiones importantes de la vida al mismo tiempo que se entretejía una red de amistad entre todos nosotros difícil de explicar. Sentí la necesidad que tenemos unos de otros, crear comunidad, y el curso Alpha es un marco ideal para hablar de las cosas que no te atreverías hablar con otras personas ; en definitiva ......hablar desde el corazón.


AYY! y en cuanto uno abre la puerta de su corazoncito ahí es por donde se cuela Dios para no dejarte ya nunca, nunca más!!!........


A mi me dio otra visión de como acercarme a Dios, me dio un nuevo grupo de amigos del alma, y lo mejor de todo .......... compartiendo cena y divirtiéndonos de lo Lindo.


!Os ánimo que lo probéis!



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Emma de León

Forma parte del equipo  desde el comienzo de los cursos Alpha de Villanueva de la Cañada.


Tropecientas cosas que hacer, mil tareas pendientes, y la posibilidad de participar en el equipo de una cosa que se llama “curso ALPHA”.  Realmente yo no sé muy bien porque me metí en este lío.  

Invitar a cenar a 30-40 personas alejadas de la iglesia, que muchas de ellas no se conocen entre sí, hablarles de Dios y pedirles después que hagan un debate sin miedo a decir lo que piensan y lo que sienten… aparentemente suena imposible.

Pero es posible y ameno.

Por lo que a la organización se refiere, preparar un curso es aparentemente fácil pero requiere dedicación. Los voluntarios surgen y se dejan enredar. Se entrena al equipo y se hacen grupos de trabajo… entonces llega lo más difícil, invitar.

Si sorprendente es verte de pronto comprometida en un lío semejante, más sorprendente es ver como gente alejada de la iglesia, gente que ha perdido la fe, gente que viene solo por amistad, se deja liar. Aparecen el primer día con cautela y con el “no me voy a quedar más que esta noche” como lema. A todos les pasa igual. Pero pasan las semanas, los debates resultan amenos y se habla con libertad. Se hacen amigos, se crea ambiente distendido y te enganchas. ¿donde se puede hablar con libertad de religión? 

A mitad de curso se organiza una convivencia. Es un día relajado. Charlas y debates se mezclan con ratos de descanso donde priman los chistes y la amistad.

A partir de este momento el curso da un giro de 180º, hay confianza y ganas de seguir.

Los invitados se sorprenden de que les prepares estas cenas, que les dediques tu tiempo, que les sirvas con alegría… Pero para el equipo también es una gozada.

Esto es Alpha, ni más ni menos que la presentación del primer anuncio a gente que está perdida y la propiciación de un encuentro.

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