Yo hice Alpha

Mantén viva la Esperanza


Y que cuentan los participantes...

RINCÓN DE TESTIMONIOS


ANTES Y DESPUÉS DE ALPHA

Antes de Alpha nunca había dado testimonio sobre mis experiencias, creencias, pensamientos o dudas respecto a Dios, la religión, la fe, etc... Si me lo hubieran pedido mi respuesta hubiera sido que "La fe se vive en privado, que nadie va contando por ahí sus experiencias o creencias religiosas, ESO FORMA PARTE DE LA INTIMIDAD Y NO SE VA CONTANDO" …
Yo solía buscar respuesta a esas preguntas que todos nos hemos hecho alguna vez, sobre la creación, las fuerzas que mueven el Universo y nuestras vidas, las distintas religiones, etc. Leía de todo sin profundizar en nada. No encontraba conexión entre lo que me contaban de "ahí arriba" y lo que yo veía "aquí abajo". Nunca iba a misa porque alli no encontraba respuestas y me definía como CRISTIANO NO PRACTICANTE. No sabía casi nada ...ni a quien preguntar.
Alguien me habló de Alpha, unas estupendas cenas-debate que organizaba la parroquia, nada convencionales y muy diferentes a lo que yo entendía por actividades parroquiales. En Alpha nadie trataría de convencerme de nada y parecía ser el lugar donde debatir libremente sobre esas materias que rara vez se trata entre compañeros de trabajo o en reuniones de amigos sin acabar con un chiste o un improperio. Dios, religión, iglesia, fe, textos, etc... En Alpha podría escuchar y después opinar libremente y sin censuras, sin compromisos ni obligaciones, siempre desde el respeto mutuo. Parecía estar dirigido a aquellos que como
yo, quieren discutir y opinar porque tal vez están bautizados y casados por la iglesia y llevan a sus hijos a un colegio católico, y hacen la Comunión y ven como los deportistas se santiguan al comenzar las competiciones, o esos que dicen "gracias a Dios y si Dios quiere" y "Jesús" cuando alguien estornuda..., pero consideran esos gestos parte del teatro costumbrista de la sociedad en la que habitamos, sin influencia en el comportamiento o en las decisiones del día a día.
Pensé que no había nada que perder y accedí a cenar un día a la semana con desconocidos y seguramente "raritos". No entrare en detalles sobre lo suculento de las cenas, lo interesante de las ponencias y la excepcional acogida, el trato recibido y el respeto que durante todas las tertulias reinaba entre los asistentes. Me llamó enormemente la atención la disponibilidad de los organizadores y como regalaban su tiempo para que gente como yo se sintiera a gusto (desde el primer día me pareció estar en una reunión familiar). Efectivamente eran raritos, pero me gustaba. Solo me centraré en una de las charlas, que creo que cambio mi vida.

DESPUÉS DE ALPHA
Después de cenar, el ponente mostraba un precioso cuadro y explicaba una anécdota ocurrida en su presentación: "Un conocido pintor presentaba al publico su obra. Era una impresionante figura de Jesús tocando suavemente la puerta de una casa. Jesús parecía vivo. Con el oído junto a la puerta, parecía querer oír si alguien dentro de la casa le respondía, pues había luz.
Un observador muy curioso encontró una falta en el cuadro. La puerta no tenía cerradura. Y fue a preguntar al artista: ¡Su puerta no tiene cerradura! ¿Cómo hará El para abrirla? El pintor tomo su Biblia, buscó un versículo y le pidió al observador que lo leyera: Apocalipsis 3, 20: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo." -Así es -respondió el pintor-. Ésta es la puerta del corazón del hombre. Solo se abre por dentro." En ese momento yo sentí un escalofrío y respuesta a alguna de mis preguntas. ¿Cómo estaba la puerta de mi corazón?. Si quería descubrir la existencia de Dios "o lo que hubiera ahí arriba" no podía tener cerrada mi puerta y mi corazón. El riesgo era mínimo, El no iba a entrar si yo no le invitaba y bastaba con abrir solo un poquito, una pequeña fisura en mi corazón de piedra para ver lo que ocurría y también gratis.
Ese día cambio mi vida. Al abrir mi corazón a Cristo, empecé a encontrar respuestas, a comprender expresiones, gestos, comportamientos y costumbres que nunca había entendido.
Empecé a disfrutar una experiencia única. Para quien no lo entienda le diré que no se puede explicar, solo se puede sentir. Alpha me ha dado la oportunidad de conocer lo que no conocía, de saber lo que no sabía. Y digo, me ha dado la oportunidad, nadie me ha empujado, ni me ha convencido ni me ha obligado. Yo solo he abierto la puerta y como en aquel cuadro El ha entrado, con tal intensidad, que ahora además de dar testimonio cuando me lo piden, lo doy cuando no me lo piden. Cuando ves una buena película, lees un buen libro o conoces un lugar maravilloso, estás deseando contarlo para que todos puedan disfrutarlo. Hoy doy testimonio de como Alpha cambió mi vida y recomiendo a todo aquel que tenga la oportunidad de hacerlo, que asista a Alpha.

Mi vida ha cambiado, yo no. Todo sigue igual pero ahora comprendo, ahora vivo con Fe y en la permanente compañía del Espíritu Santo. ¡¡Soy mas feliz!!


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